Si quieres que tu hijo cambie un comportamiento, prueba a prepararle este sándwich.
Seguro que muchos habéis oído hablar de la técnica del sándwich; en educación se usa bastante para ayudar a que los niños cambien ciertos comportamientos poco adaptativos para ellos, es decir que no le ayuden en su proceso de adquirir competencias sociales, por ejemplo, pegar a otros niños, quitarles los juguetes por la fuerza, tirar la comida… pero ojo hablamos de comportamientos recurrentes, no puntuales. El otro día me llegó un video de esos tantos que circulan por la red sobre la técnica del sándwich. Decía algo así:
Si necesitas cambiar un comportamiento de tu hijo, presta atención a esta técnica: Se llama técnica del sándwich y la usan muchos psicólogos de todo el mundo. Tiene tres pasos:
- Empieza elogiando una cualidad de tu hijo
- Pídele que cambie una conducta que no te gusta y
- Agradece algo a tu hijo
Hasta ahí todo bien. Personalmente creo bastante en la técnica de poner la cosa “mala” que queremos cambiar en medio de dos cosas buenas. El problema vino con el ejemplo que el video ponía después para explicar la teoría:
“Eres muy trabajador y muy listo …pero no está bien que pegues a los niños en clase, aunque te agradezco que siempre me cuentes todo.”
¡Ay ay ay ay, qué pena! -pensé. Porque ese ejemplo me pareció de lo más simplón y poco elaborado, “cutrecillo” vamos. Además ¿qué tiene que ver el ser listo, con pegar en el cole y con contar las cosas a mamá?
El caso es que me di cuenta de que la técnica del sándwich no es más que una manera como tantas de dar feedback a nuestros hijos, es decir de ayudarle y guiarle hacia un objetivo que en este caso sería el de conseguir que deje de pegar en clase. Y un buen feedback debe cumplir algunas reglas básicas.
1.Incluir una parte de información objetiva sobre hechos concretos y una parte de motivación que estimule al niño a seguir adelante. No vale que haya mucha información y poca motivación, ni al contrario, se trata de buscar el equilibrio (“hoy has compartido tus juguetes con tu hermano pequeño, gracias porque has conseguido que hayamos tenido un día muy tranquilo y agradable”)
2.Como estamos hablando de cambiar comportamientos del niño, tendremos que hablar sobre su comportamiento, no sobre su identidad, por eso le diremos “tu habitación está muy desordenada”, mejor que “eres muy desordenado”.
3.Debemos evitar determinadas palabras como las absolutas siempre, nunca, todos, nadie…porque estamos cerrando posibilidades de cambio, así como determinadas conjunciones como, pero, aunque, sin embargo… porque estas palabras actúan como borradores de todo lo anterior. Por ejemplo, se decimos “muy bien, hoy te has lavado los dientes tu sólo… pero mañana tienes que hacerlo más rápido”, estamos quitando importancia y valor a lo que realmente ha hecho bien que es lavarse los dientes sólo. En estos casos funciona muy bien el “y si además”. La cosa cambia bastante veréis: “muy bien, hoy te has lavado los dientes tu sólo y si además a partir de mañana lo haces más rápido muchísimo mejor”.
Un sándwich perfecto sería aquel en el que en cada una de las tres partes (las dos rebanadas de pan y el relleno) utilizamos estas reglas tan sencillas. Lo que pasa es que hay que currárselo un poco, no podemos pretender que nos salga un sándwich estupendo improvisando y con lo primero que se nos pasa por la cabeza. Si tu objetivo es tan ambicioso como cambiar un comportamiento de tu hijo, pues tu esfuerzo para conseguirlo tendrá que ser proporciona (que en educación la magia no existe). Así que no te conformes con un sándwich cualquiera, dedícale un rato a prepararlo, tómate tu tiempo y elige bien los ingredientes.
Para terminar, os dejo un ejemplo de lo que he llamado el sándwich 2.0, espero que os sirva de modelo.
“hoy me has ayudado mucho haciendo la compra, poniendo las cosas en el carro, me ha encantado, ha sido estupendo. Si además hubieras tratado a tu hermano con cariño y sin pelearte con él, habría sido perfecto. Gracias por ser mi ayudante hoy, la próxima vez que vaya a la compra me encantará que me acompañes de nuevo.”
Aldara Martitegui
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