¿Qué es telebasura para tí?

– ¡Hola! ¿te pillo bien? -Me dice una amiga a la que acabo de coger el teléfono.

-Si claro, sólo estaba preparándome la comida y viendo Cámbiame.

-¿Cámbiame? -Me dice desde el otro lado de la línea con una voz de sorpresa bastante creíble.

-Si, “Cámbiame”, el programa de la tele. El de los de los cambios de look -digo.

-Aldara, es que no te pega nada ver ese tipo de telebasura, me sorprende mucho –responde mi amiga con un tono un tanto despectivo.

Solté una pequeña carcajada bastante poco creíble, hice un chascarrillo y cambié rápidamente de tema. Me había quedado un poco bloqueada y pensé que lo mejor era hablar de otra cosa.

Cuando nos despedimos 10 minutos después yo seguía colgada de esa conversación, más bien de ese comentario. No podía quitármelo de la cabeza.

¿Telebasura? ¿qué hace que algunas personas llamen telebasura a ese programa?

Realmente, específicamente ¿qué entiendo yo por telebasura? tuve que tomarme un rato largo para reflexionar, porque efectivamente a priori, parece que todo lo que no sea un programa informativo o cultural podría calificarse de telebasura según mis cánones de la televisión de calidad. De ahí venía mi bloqueo y esa contradicción que sentí cuando mi amiga llamó a ese programa telebasura. El poder del inconsciente no deja de sorprenderme.

Basura es un desecho, algo que no sólo no aporta nada, sino que molesta, que nos provoca rechazo, que resta. La RAE entre otras cosas lo define como “cosa repugnante o despreciable”. Entonces, todos deberíamos estar de acuerdo en que calificar un programa de telebasura es totalmente subjetivo, porque lo que para mí es basura no tiene por qué serlo para los demás. Así que me dispuse a argumentar mentalmente por qué para mí ese programa no tiene nada de telebasura. Inevitablemente me salieron comparaciones.

En Cámbiame no hay peleas, no hay malos rollos, ni enfados, ni discusiones, ni gritos. No hay postureos, ni polémicas, ni mentiras, ni personajes variopintos despellejándose entre sí. En ese programa sólo se respira optimismo, cariño y ganas de ayudar por los cuatro costados. Tampoco es que lo haya visto muchas veces, pero sí las suficientes como para darme cuenta de que Natalia, Pelayo y Cristina hacen un gran trabajo. No me importan en absoluto los modelitos que les ponen a los concursantes al final del programa (es que si os soy sincera la mayoría de las veces ni me fijo); sólo me importa el compromiso, la empatía y las competencias emocionales que estos tres asesores de imagen, estilistas , coaches o como se llamen demuestran tener en cada programa.No es habitual ver esto ni siquiera en los programas que yo consideraba “de calidad”.

Cámbiame va de retos, de logros, de esfuerzo, de motivación y superación personal. Lo siento por mi amiga, pero he de decir, que no veo nada de basura en un programa que apuesta por el cambio, por la transformación para crecer, por el desarrollo personal, por la felicidad, la autoestima y el bienestar de unos concursantes que se ponen en manos de Natalia, Pelayo y Cristina para conseguir ese primer impulso que necesitan para empezar a moverse. ¿Qué es sólo en la parte estética? Pues bienvenido sea, por algo hay que empezar. Además, está demostradísimos que un cambio estético puede ser la palanca perfecta para un cambio mucho más grande.

 

Aldara Martitegui

 

 

 

 

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