Resentimiento es sencillamente volver a sentir

Hay una persona con la que me cruzo prácticamente todos los días en la puerta del colegio. Os podéis imaginar cómo vamos a esas horas muchos padres, entre las prisas, el tráfico y las dificultades para aparcar lo más cerca posible de la puerta…

Esta persona va siempre con cara de pocos amigos  y regañando a todo el mundo, empezando por sus propios hijos. A los padres que paran con el coche para que bajen los niños a toda prisa,  los mira con cara de asco y grita mirando hacia otro lado. A los padres que aparcan mal, también les grita de esa manera. Siempre en tercera persona. Nunca se dirige directamente a nadie.

Por suerte, con el tiempo,  he aprendido a gestionar a esta persona. No me afectan sus malos modos. Trato de hacer como si no estuviera, pero la verdad es que me resulta imposible borrarla del mapa.  Me despierta muchísima curiosidad. ¿Cómo es posible vivir así? En el fondo tengo mucho que agradecerle. Después de tantos años observando, me ha ayudado a ser más consciente de lo que no quiero ser. Y se lo digo a mis hijas: Si alguna vez me comporto así más de dos días seguidos me avisáis ¿eh? Y ellas se parten de risa.

Tiene que ser agotador, pienso. Encontrar motivos para enfadarse tanto,  todos los días,  significa que esta persona tiene toda su atención puesta en lo malo, en lo que le hace enfadar: de modo que eso es lo único que ve, porque sólo percibe lo que encaja en su mapa mental de negatividad.

¿Será así todo el tiempo? Me lo planteo a menudo.

Hoy, no sé por qué, me ha dado por pensar en el resentimiento y preguntarme si eso es lo que le pasa a esta persona.

Muchas veces utilizamos esa palabra demasiado a la ligera. Parece un sinónimo de enfado, ira, frustración etc… y el resentimiento tiene muchísimas otras connotaciones. No es tan sencillo como un simple enfado, es más, puede que ni siquiera  tenga que ver con el enfado.

Resentimiento significa  re-sentir (volver a sentir) algo que sentiste una vez y que por alguna razón no solucionaste. Como ha pasado mucho tiempo se te ha ido olvidando la verdadera razón de tu malestar inicial, porque con el tiempo, vas sintiendo otras cosas encima que la van tapando. No tiene por qué ser enfado. Puede ser asco, tristeza, incluso sorpresa. Puede ser una combinación de muchas emociones, de hecho suele ser así.  El caso es que se va formando como una cebolla. Muchas capas, muchas emociones que van tapando a las anteriores y al final ni te acuerdas de la que originó todo.

Por ejemplo: una amiga a la que quieres y sobre la que tienes una determinada imagen positiva (expectativas) hace algo que te enfada mucho y te decepciona. Se lo dices, ella te pide perdón, pero vuestra relación deja de ser la de siempre, porque, aunque te pida perdón, ya no tienes confianza en ella. Entonces empiezas a darte cuenta de todo lo que has perdido. Ahora, ese enfado inicial que no resolviste (porque en realidad nunca llegaste a perdonar) quedará tapado por la tristeza. Echas de menos esos buenos tiempos que ya no volverán. Necesitas tu tiempo de duelo para aceptar esa pérdida y tu cuerpo trata de ponértelo fácil: te lleva a un estado de poca energía y de introspección. Sin saber por qué, con el tiempo dejas de confiar en otras amigas. Empiezas a pensar que también te pueden hacer daño ellas. Empiezas a sentir miedo a volver a sufrir. En fin, que unas emociones van tapando otras y, de repente, un buen día te miras al espejo y no sabes ni por qué sientes lo que sientes.

Lo he resumido y simplificado mucho, pero esa es la idea. El resentimiento nos hace re-sentir unas emociones a través de las sensaciones que provocan otras. Nos vuelve un poco locos, porque nos sentimos mal, pero no sabemos por qué. Muchas veces ha pasado tanto tiempo que nos cuesta identificar lo que desencadenó todo.

Aprender a identificar nuestras emociones es la lección uno de cualquier curso de inteligencia emocional, pero debería serlo de primero de Primaria.

El analfabetismo emocional es uno de los grandes males de nuestro tiempo. El 95 por ciento de las consultas médicas tienen que ver con problemas relacionados con el estrés. Y el estrés, es consecuencia de no haber aprendido esa lección uno. Por desgracia, todavía las competencias emocionales siguen siendo material reservado. Por desgracia, hay personas que como consecuencia de ello, sufren mucho y hacen sufrir a otros. Personas que viven en el resentimiento porque nadie les ha enseñado a gestionar sus emociones…y de verdad que no exagero, igual vosotros conocéis a alguna. Yo, de hecho, me cruzo con una de ellas todos los días en el colegio.

 

Aldara Martitegui

 

 

Add A Comment