Educar con coherencia

¿Qué hace que una madre se sienta totalmente frustrada, culpable y desorientada porque no se ve capaz de transmitir firmeza a sus hijos?

-Se me está subiendo a la chepa, me dijo el otro día una madre que acababa de conocer. No sé qué hacer con este niño, porque está tan apegado a mí que ya me exige que me quede en la cama con él hasta que se duerma. Y esto le está generando problemas a la hora de socializar, no quiere separarse de mí, le cuesta ir a jugar con otros niños si estoy yo. Pero lo curioso es que sólo le pasa conmigo. Pienso que esto no puede ser bueno para él porque le estoy haciendo muy dependiente de mí.

El niño tiene dos años  y una hermanita de 4 meses. Dato importante. Lo raro sería que ese niño no fuera totalmente dependiente de su madre y no se sintiera como un príncipe destronado.

-¿Por qué crees que estás haciendo algo mal al meterte en la cama con él hasta que se duerma?, le pregunté.  La respuesta fue muy clarificadora:

-Porque todo el mundo me dice que lo de este niño no es lo normal. Que debería aprender a dormirse sólo.

-¿Y tú que piensas de eso?

-Pues no lo sé…que será verdad….ellos saben más que yo. El caso es que ellos (familiares y amigas) me dicen que el niño se tiene que dormir sólo y yo me siento totalmente frustrada porque no sé cómo hacerlo, no soporto dejarle llorando en la cama, se me rompe el corazón y al final me tengo que quedar con él. Entonces el momento de acostar a mi hijo se alarga una hora o más y yo me siento totalmente esclavizada y siento que el momento de ir a la cama es una carga para mí y que lo estoy haciendo fatal.

Fue curioso porque ella buscaba un consejo para que eso no ocurriera, para que su niño se durmiera rapidito y sin ayuda, y sin embargo mi foco no estaba en el niño, sino en la madre. La verdad es que cuando se dio cuenta de este detalle (de que yo creía que el “problema” no era del niño sino de ella)  lejos de sentirse señalada o juzgada y cerrarse en banda, mostró una apertura increíble.

Este post se lo dedico esta semana a esta madre tan generosa. Desde aquí quiero darle las gracias por dejarme entrar en su mundo casi sin preguntar. Este tipo de conversaciones que me permiten saber qué emociones hay detrás de cada caso  son para mí una vía de aprendizaje importantísima. Sin personas que se abran como hizo ella el otro día yo no puedo aprender.

En esa conversación había otra persona, otra madre de cuatro niños con muchísima experiencia en “el arte de dormir niños en diez minutos”. Su aportación fue fundamental. Esta segunda madre nos explicó que ella había conseguido que sus hijos se durmieran solos, y que unas veces le había costado más y otras menos. La diferencia entre estas dos madres es que la segunda, tenía el convencimiento absoluto de que esa era  la manera adecuada de enseñar a dormir a sus hijos. Es decir, su marco de referencia venía de dentro de ella, no de fuera. La segunda madre podía o no estar equivocada en los métodos empleados para dormir a los niños (hay todo tipo de teorías) pero el método que ella utilizó es el que ella eligió porque es el que más iba con ella. Esa seguridad en sí misma, ese saber desde lo más profundo de su ser que esa era la manera correcta de hacerlo, esa confianza en que estaba haciendo lo mejor para sus niños… esa y sólo esa, fue la clave de su éxito.

Si hubiera usado otro método con la misma seguridad en sí misma y confianza, le habría salido igual de bien, porque esos cuatro niños sienten por todos sus poros la seguridad que su madre les transmite.  Confían en ella porque la necesidad de sentirse seguros se la cubre ella con su coherencia. Ella actúa según lo que cree que es lo mejor y lo que siente que es lo mejor para sus hijos.

Una actitud es mucho más que un comportamiento. La actitud incluye actos,  pensamientos y emociones. Si no hay coherencia entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago,  los niños lo perciben. Sienten la incoherencia de su madre y eso les genera inseguridad y miedo. Es un miedo que no pueden razonar. Simplemente lo sienten y buscan sentirse protegidos. Buscan protección en quien tienen más cerca en ese momento y esa es su madre. Es curioso ¿verdad? Buscan seguridad en quien les ha generado inseguridad. Así son los niños. Pura emoción.

Estas son conclusiones a las que yo llego después de estudiar , leer, asistir a cursos y escuchar y experimentar con casos reales,  pero por supuesto puedo equivocarme.

Creo que ese es el motivo por el que ese niño, le exige a su madre que se quede a dormir con él, y sin embargo, a su padre no.Probablemente él sí sea coherente.

Me dió la impresión de que esta madre se quedó un poco sorprendida con mi aportación. Le invité a que probara a tratar a su hijo con coherencia y se diera un tiempo para ver resultados.

Si realmente te duele en el corazón dejar a tu hijo solo en su cama, quédate con él. Pero sólo vale si te quedas junto a él sintiendo y creyendo firmemente que eso es lo que quieres hacer, que eso es lo mejor para él y para ti. Poco a poco él irá recuperando la seguridad. Igual que antes tu incoherencia le generaba miedo, ahora tu coherencia le hará sentirse seguro y reconfortado. Es verdad que te quitará un poco de tu tiempo, pero no será más de lo que te quitaba hasta ahora. Merece la pena intentarlo. Él terminará por dormirse enseguida y tú dejarás de sentirte frustrada, culpable y desorientada.

Puede que no funcione…pero puede que sí.

 

Aldara Martitegui

 

 

 

 

 

 

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